Comienza a escucharse una música de estilo synthwave. La voz metalizada de Megatrón grita «¡ahora nadie me detendrá!». Pasan unos segundos en los que sólo se escuchan sintetizadores. Su clásico antagonista, Optimus Prime, replica: «ya estás viejo, Megatrón, te destruiré y te venderé como chatarra». Pero el decepticon no está dispuesto a rendirse y, dejando sonar la música durante una pausa dramática, saca la garra y responde: «¡chatarra tu abuela».
Esto es lo primero que oyes al comienzo de cualquier episodio de Puño Láser, el podcast sobre el que voy a hablar en esta ocasión prosiguiendo con mi idea de dar a conocer los que escucho. Si en la anterior entrada hablaba del puro caos y despiporre que es Misterios y Cubatas, los tres amigos del Puño son lo más parecido al sosiego de la anarquía bien entendida.
Puño Láser, el podcast
Partamos de la base de que Puño Láser tiene unas premisas sencillas con las que llenan, fácil, las generosas hora y media (a veces dos) que duran los capítulos. A saber:
- Son tres amigos.
- Cada uno propone un tema a tratar durante 30 minutos. Pero sin preparar ni nada, ojo, a la aventura.
- Ninguno sabe qué temas traen los otros.
Así, Akira, Grego y Oruga, que así se llaman sus miembros, se juntan cada dos semanas (más o menos) y comentan los temas que cada uno lleva. Con un buen rollo encomiable, sin agobios, sin exaltarse y sin… bueno, sí, a veces sí tienen alguna salida de tono chocante porque pueden desbarrar muchísimo. No hay escaleta, ni guion, cada tema es una pendiente deslizante que lleva por caminos insospechados. Pueden empezar hablando de terraplanismo y acabar en el rap o comentando recetas de comida taiwanesa. No es una exageración.
Algo muy definitorio de Puño Láser es lo de no prepararse los temas. Incluso el que los lleva muchas veces patina. No pasa nada y al cabo de un rato, o como mucho un par de programas, no te importa. Lo chulo es la tertulia y la de temas que van encadenando con toda la tranquilidad del mundo. Y, aunque se nota que es gente con culturilla, tampoco les duele admitir cuando no se acuerdan o no saben algo, sin más. La clase de conversación donde uno se puede sentir cómodo de oyente (imagino que tanto o más de participante).
Si estar dos horas escuchando un podcast se te hace bola, también tienen el formato «minipuño». Así es como llaman a cuando se limitan a comentar noticias, obviando temas con más enjundia, o falta alguno de los componentes.
Lo que más me gusta
A veces no es ni podcast: son unos amigos charlando de buen rollo de temas que proponen porque saben que, quién más, quién menos, todos tienen algo que aportar. A un ritmo tranquilo muy de agradecer en unos tiempos que todo el mundo va acelerado a todos lados. Los temas, por cierto, son variados y con frecuencia bastante interesantes (para mí, al menos).
Lo que menos me gusta
La gente de Puño Láser tiene la misma memoria que yo. O sea, de pez. Pueden estar tratando un tema interesantísimo, sacar una cita sesudísima de alguien y no recordar de quién es. Es parte de su encanto, eso sí.
Valoración final
- Inspiración friki: 4/5, que los temas pueden tener mucha miga.
- Jugabilidad de los miembros: 5/5, porque ya de entrada sé que alguno es rolero, gente estupenda y con buen gusto.
Aprovecha y conócelos, escucha un audio
¿Quieres conocer más podcasts con su puntito, o puntazo, friki? Échale un ojo entonces a esta entrada sobre El Enano Blanco 30.