Dos son las interpretaciones que me salen bordadas: el tipo duro y el desquiciado.
La primera no tiene misterio: basta con entornar los ojos, hablar lento, claro y con voz profunda y soltar frases de manera tan contundente que hasta un saludo amable suene a amenaza de muerte. Lenta y dolorosa. Basta con imitar a Clint Eastwood o al mejor Bronson. Fácil, con fundamento y todo un clásico para llevar PJs guerreros, mercenarios, polis e incluso profesores de instituto.
La del desquiciado tiene más dificultad, porque no es lo mismo alguien con los nervios destrozados que alguien con un delirio paranoide o un trastorno límite de personalidad. Se me da tan bien que he llegado a hacer sentir mal al resto de jugadores y es algo que no hago muy a menudo. Una cosa es actuar de forma convincente y otra dejarle mal cuerpo a los demás. Eso sí, es muy útil para interpretar a un Malkavian o a un testigo de La Llamada de Cthulhu.