Seguimos con el Desafío 30 días roleros, alcanzando el día 14 para hablaros del PJ más memorable que ha conocido un PJ mío. Lo cual tiene lógica porque la entrada de ayer iba sobre el PNJ más recordable.
Por desgracia me vienen a la mente más personajes memorables por su infamia que por su buena fama. Pero no quiero hacerme mala sangre, así que voy a hablaros de Von Mildegaard.
El susodicho, Von Mildegaard, era (¿es?) un vampiro del clan Nosferatu, de orígenes inciertos, modales discutibles, aspecto horrendamente clásico, instintos animales y carisma, mucha carisma. Toda la que no aparecía en su ficha de personaje, pero que comenzaba con muy buen pie en las enormes veinte páginas de trasfondo que el jugador mecanografió.
Ahora veinte páginas de trasfondo no parecen mucha, pero en aquel momento era más de lo que ocupaban todas las notas de mi propia campaña.
Von Mildegaard fue parte intrínseca de la mayoría de partidas de Vampiro la Mascarada que jugué en los 90 con mi grupo original. No puedo decir una única acción que lo convirtiera en memorable. Es más bien una suma constante de pequeñas chispas a lo largo de muchas partidas. El jugador hizo del nosferatu una presencia irreverente, que siempre aparentaba saber más que los demás y que disfrutaba de la repulsa que provocaba su monstruosidad.
Puedo afirmar y afirmo que Von Mildegaard era (¿es?) todo lo contrario a un one hit wonder, haciendo que su marca calara poco a poco en cada situación.
Ojalá tuviera forma de explicaros de verdad cómo era compartir mesa con ese personaje, pero es imposible. Von Mildegaard es como Matrix, que no puedes entender lo que es si no lo ves.
Mañana, si no pasa nada, habrá nueva entrada hablando sobre juegos que querría ver traducidos o editados en español.
