Me voy a tener que retrotraer otra vez a los primeros años en que jugaba rol, en los que, sobre todo, jugábamos al Señor de los anillos MERP.
Por entonces estábamos locos por conocer a los personajes de las novelas y no hacíamos más que insistir al DJ de que nos dejara compartir escena con alguno de ellos. Un día “estuvimos” en el Póney Pisador y casi nos da un aire pensando en que ya era un lugar célebre, así que seguimos insistiendo y algo conseguimos.
Afortunadamente, aunque debería entrecomillarlo para que hiciera más honor a la verdad, a J. (el DJ) se le fue un poco la mano un día con un encuentro y lo que debería haber sido un reto ligerito para entretenernos a mitad de camino entre dos aldeas, se convirtió en una masacre sin precedentes en la que estuvimos a punto de palmar todos. ¿Cómo lo solucionó? ¡Ni más ni menos que pasaba por allí Gandalf! Que dio buena cuenta de los orcos, curó a unos, resucitó a otros (sí, ese entrañable sistema de reglas que poco o nada tenía que ver con lo que es el SDLA) y salvó la jornada. Y ya de paso, todos los jugadores con cara de ilusión porque habían conocido a un personaje famoso de la Tierra Media (aunque fuera para sacarnos las castañas del fuego).