Mi personaje preferido se llamaba Russ y era un mercenario en Cyberpunk.
Más típico no podía ser, la verdad: un tipo que se parecía a Dolph Lundren en Red Scorpion, pero vestido a la moda de Johnny Mnemonic (eso que luego se pondría de moda después del estreno de Matrix), con la verborrea de Charles Bronson (ja), armado hasta los dientes y con más metal en implantes que la mitad de una división acorazada.
Fue mi segundo personaje de Cyberpunk (el primero fue un poco chufa, porque no teníamos muy claro cómo funcionaba el juego) y el que aguantó durante todos los años que estuvimos pateando Night City. Sobrevivió a incontables misiones, liquidaba más malosos él solo que todo el resto del grupo junto y llegó a tener todas las armas más potentes y las armaduras más cañeras. Al cabo de los años de jugar era casi imparable, no había quién le rechistara.
Además era un tipo entrañable, aunque fuera por ser un recopilado de los arquetipos de héroes de acción de los 80.