El monte de las ánimas es una de las más famosas leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer. Una pequeña narración que habla de hechos sobrenaturales que, en realidad, nunca sabemos si ocurren. Lo que sí sabemos, a poca atención que prestemos, es que abre un montón de puertas por las que movernos a aventuras muy roleras. Si no lo has hecho todavía, ahora es un momento perfecto y puedes leerla en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, no te arrepentirás.
A partir de aquí, como voy a utilizar detalles de la historia como semillas, puedes considerarlo todo spoiler. ¡Pero es que tenías que haberlo leído ya!
La leyenda, el trasfondo lejano
Tras la conquista de Soria a los árabes por parte de los nobles locales, el rey dio orden de que la defensa del territorio recayera en los Templarios. Venidos de lejos, la Orden del Temple construyó un monasterio sobre el monte y pasó a controlar las tierras, incluso prohibiendo que los nobles cazaran en ellas. Esto no gustó nada a los locales que, habiendo demostrado de sobra la fuerza militar, se consideraban más que dignos y capaces de proteger la región.
El rencor entre unos y otros fue aumentando con el paso del tiempo. Hasta un día en que los nobles decidieron organizar una cacería tan nutrida que los monjes no pudieran evitarla. El resultado fue una batalla campal en el que los unos y los otros se mataron hasta dejar el monte cubierto de muertos. Después todo quedó abandonado y el monasterio se convirtió en ruinas.
De eso hace siglos. Ahora, durante la Noche de Difuntos, se dice que tañe sola la campana de la capilla ruinosa y los muertos se levantan para revivir la batalla año tras año.
La actualidad, el trasfondo cercano
Según cuentan al principio del relato los lobos son un problema. Las nevadas han hecho que los terrenos más altos ya no sean un buen lugar de caza y los animales salvajes han bajado de las montañas. Esto ha provocado que se organicen monterías que alcanzan hasta el Monte de las Ánimas.
Explicitando la semilla de aventura:
Aunque no lo dice pero es probable que cazadores profesionales hayan venido de otros lugares. Esto abre la puerta a que el grupo de personajes jugadores estén en la zona por serlo. También pueden ser siervos de las familias nobles de las que habla el relato, o incluso miembros de dichas familias diferentes de los que nombra Bécquer. En cualquier caso, la aventura puede partir de una sencilla «cacería de bichos» y cambiar mucho dependiendo de la clase social a la que pertenezcan.
Hoy, Día de Todos los Santos
Es Día de Todos los Santos y, según cuenta Bécquer, los condes de Borges y de Alcudiel, sus siervos, cazadores y, en especial, sus hijos Beatriz y Alonso, se retiran al palacio de los Alcudiel para evitar que la Noche de Difuntos les pille al raso.
De aquí en adelante hay un montón de opciones a sacar escenas:
Escena: cacería de lobos
Si cogemos la historia antes que el autor, antes de este momento ya ha podido ocurrir un enfrentamiento con una manada de los lobos ya nombrados. Tanto en grupo grande, participando los séquitos completos de ambos nobles o con pocos personajes implicados, como los PJs enfrentándose en solitario a una manada de lobos equivalente. De una u otra forma pueden incluso haber tenido trato o salvar de alguna situación comprometida a alguno de los protagonistas de El monte de las ánimas.
Escena: conversación de vuelta al palacio
Continúa la historia con una la conversación de Beatriz de Borges y Alonso de Alcudiel, en que éste cuenta lo que se dice que sucede durante la Noche de Difuntos en el monte. Si los PJs son familiares o siervos de gran confianza, tal vez puedan participar de la conversación y hasta lucir conocimientos ampliados en alguno de los ámbitos relacionados (leyendas, órdenes monásticas, historia, etc.).
Escena: la cena en el palacio de Alcudiel
La cena es algo que Bécquer deja en una elipsis. Por eso mismo es fácil sacar de ahí una escena de interacción social. Dependiendo del extracto social de los PJs, una vez más, tendrán una buena oportunidad de conversar y ponerse al día de la situación en Soria u obtener algo más de información sobre las familias, el problema de los lobos o la leyenda.
Escena alternativa: en busca de la banda azul
La última conversación entre Alonso y Beatriz es algo que no estoy seguro de que funcione en grupo, así que no la considero a priori escena jugable. Derivada de esa, no obstante, Alonso puede pedir que le acompañen al Monte de las Ánimas a sus parientes, amigos, siervos de confianza o, en el peor de los casos para él, cazadores a modo de mercenarios («amigos, sé que vosotros me entenderéis»). De una u otra forma éstos deberían ser los PJs.
El resultado es un corto viaje hasta el lugar y, una vez allí, verse en medio de una batalla campal entre dos facciones de no muertos. O, en el mejor de los casos, tener que enfrentarse a unos cuantas almas en pena vengativas, en forma de esqueletos redivivos, antes de poder localizar la banda azul y regresar al palacio.
Escena alternativa: en busca de Alonso
Como alternativa a la anterior Alonso se ha ido en solitario al Monte de las Ánimas, al igual que en la historia novelada. Esto lleva a que Beatriz, presa de los remordimientos, se lo diga a los PJs y les pida que vayan a salvarlo de lo que pueda estar ocurriendo. O tal vez se lo diga al conde de Alcudiel y sea éste quien termine recurriendo a los PJs («este hijo mío es tonto, pero si no lo rescatáis va a conseguir que lo maten»).
El desarrollo de esta escena es ya típico: cuando los PJs puedan llegar al monte Alonso ya estará en una situación complicada, como poco, y cada segundo cuenta para salvarlo de acabar hecho filetes. Los adversarios, de nuevo esqueletos abundantes y cualquier clase de no muerto no muy venido arriba. Para hacerlo más retorcido aún, puede que incluso él haya sucumbido y esté convertido en otro. El tañido de la campana de la capilla puede ser un toque de color, o algo más relevante; pero eso lo dejo a tu criterio.
Escena final: agradecimientos o sepelios
Dependiendo del desarrollo anterior, los PJs pasan a ser objeto de agradecimientos, culpas («¿por qué no parasteis antes esta locura?») o entierros («otros que caen, y mira que todo el mundo sabe que no hay que pasar por allí»). Pueden haber ganado unos aliados importantes o adversarios poderosos, evidentemente en las familias condales.
¿Qué te parece, estimada persona que me lee? ¿Lo ves jugable? ¿Crees que hay más historias clásicas así que tienen tintes tan roleros?