En una entrada anterior hemos creado el contexto sobre las distancias y tiempos que implica moverse por el espacio. No resultó muy halagüeño, ¿verdad? Y es que cuando se pasa demasiado tiempo en el espacio, y ya vimos que cualquier viaje lleva mucho, aparecen problemas de salud y logísticos. Nadie quiere que los pasajeros se tuesten por la radiación, se queden sin oxígeno. O que la ausencia de gravedad les haga polvo el organismo, entre otros. Por eso en esta entrada hablamos las formas de viaje espacial de larga duración, con el foco en el pasaje más que en propulsión y esas cosas.
Porque ni años de viaje, ni pársecs de distancia, ni las dificultades logísticas van a frenarnos. Así que tenemos dos opciones sobre todo: la hibernación y las naves generacionales.
Hibernación
La hibernación consiste en poner a dormir a la tripulación y pasaje en un estado de metabolismo reducido o paralizado por completo. De la misma manera en que están los osos en invierno. Así sólo es necesario que la nave lleve recursos para el tiempo de actividad en vigilia. Durante el resto la tripulación tiene unas necesidades casi nulas. De esta manera se reducen muchísimo las necesidades logísticas del viaje. Esto en la ciencia ficción se ha llamado también hipersueño1 y los vehículos naves dormitorio.
Imagina, por ejemplo, la reparación de un satélite de alerta de objetos lejanos en la órbita de Urano. Se encuentra a 19 UA de la Tierra, que a la velocidad de la Sonda Solar Parker duraría casi 10 meses. Piensa que la reparación del satélite puede llevar unos días. Pero si la tripulación está en hibernación, con su organismo ralentizado 200 veces respecto de la actividad normal, esos 10 meses dormidos serían el equivalente de día y medio despiertos y trabajando. Si contamos un viaje de ida y vuelta, piensa la inmensa diferencia entre llevar alimentos y oxígeno para uno y otro. Compara 20 meses de viaje, más el tiempo de reparación del satélite, con apenas dos semanas (tiempo de reparación, más tres días entre ida y vuelta). Aunque en realidad, por motivos de seguridad siempre se tendría que llevar un poco más, por los imprevistos.
Esto no elimina por completo los problemas derivados del tiempo, claro, aunque los reduzca muchísimo. Los seres vivos en hibernación artificial siguen envejeciendo pero a un ritmo mucho más lento, pero envejecen. Por eso su utilidad en viajes de larga duración depende mucho cómo de «profundamente» se pueda hibernar.
Este método lo utilizan, por ejemplo, en la novela de ciencia ficción Cánticos de la lejana Tierra de Arthur C. Clarke. Léela, que está muy bien y es ciencia ficción bastante asequible.
Hibernación prenatal
Cuando la idea tras el viaje espacial de larga duración es la colonización existe una alternativa para trasladar mucha, pero mucha población, en muy poco espacio: mandar embriones. Comparados con los humanos desarrollados requieren mucho menos «mantenimiento» y espacio, con lo que se puede mandar una colonia entera con mucho menos de todo. Una vez en el destino, un sistema automatizado o una tripulación «plenamente desarrollada» se encarga de madurar los embriones. Y así obtenemos una generación de niños a los que educar como miembros funcionales de la nueva colonia.
Interesante, ¿verdad? Pues esto es algo que puedes ver en Alien Covenant (o puede que Prometheus).

Naves generacionales
En el extremo opuesto tenemos la idea de enviar a la tripulación y pasajeros haciendo vida normal durante décadas o cientos de años. Estas naves contienen todo lo necesario para mantener vivos y saludablemente ocupados a una gran cantidad de personas durante décadas o cientos de años. ¿Pero las personas van a estar haciendo vida normal durante cientos de años dentro de la nave? ¿Tanto van a vivir? Pues a menos que se invente algo al respecto, no. Por eso éstas se llaman naves generacionales, porque lo de hacer vida normal pasa también por reproducirse. Dependiendo del viaje es puede que quienes alcancen el destino sean los hijos de los pasajeros originales. O los hijos de sus hijos. O…
Por eso la cantidad de pasaje es importante. Tiene que transportar una Población Mínima Viable o, cuando el viaje acabe, pondrán pie en tierra un montón de rednecks espaciales con la cara de Carlos II.
Dentro de estos inmensos vehículos espaciales, mucho mayores que cualquier otra nave, se encuentra todo lo necesario para mantener la civilización activa. Son ciudades con motores y mucho más. No se puede transportar todo desde el principio para un viaje tan largo. Ni siquiera se pueden prever todo lo que haga falta, así que hay que hacerlo por el camino. Incluso la comida. Así que toda necesidad que tenga el pasaje se produce durante el viaje. Por esto es que dentro de la nave hay zonas destinadas a agricultura, ganadería, fábricas, salud, ocio, y lo que se te ocurra. También cloacas y tratamiento de residuos, porque el reciclaje de absolutamente todo es crítico para que la cosa salga bien. Y esto tiene que hacerlo alguien.
Como las naves generacionales son ecosistemas aislados del entorno, se espera que al menos una parte importante de la tripulación trabaje en ella y colabore en mantener la población. Eso es evidente, porque las nuevas generaciones nacidas dentro de la propia nave tendrán que aprender para tomar el relevo de sus predecesores.
Este tipo de nave puede verse en The Expanse, como la LDSS Nauvoo.
Naves biosfera
Un tipo particular de este tipo de naves y forma de viajar, es lo que yo llamo las «naves biosfera». El ejemplo más conocido es el Cilindro de O’Neill. La idea aquí es incluir en el interior de la nave un bioma entero y que el propio entorno natural colabore tanto a la salud mental de los pasajeros como los recursos. Aquí se pueden encontrar auténticas praderas, bosques, masas de agua «al aire libre» y existe un auténtico entorno natural. Aunque esté ahí de forma artificial.
Aparte de en la novela de ciencia ficción del propio Gerard K. O’Neill, Ciudades del Espacio, esto se puede ver en la película, mucho más reciente, Elysium, de Neill Blomkamp. Aunque en Elysium es «solo» una estación espacial.
Y, estimada persona leyendo, has conseguido llegar hasta el final de este artículo «no demasiado bien hilado» pero que espero que al menos te haya resultado interesante.
- A pesar de que ahora (enero de 2025) la Wikipedia en español mezcle el hipersueño y la estasis, a la vez que enlaza un artículo en inglés que lo contradice. ↩︎