Me llena de orgullo y satisfacción compartir con ustedes estos inenarrables villancicos para felicitarles, estimadas cuatro personas que leen este blog, unas muy felices fiestas, vacaciones, Navidades o lo que a bien les corresponda en las fechas venideras. En el peor de los casos que os sea lo más llevadero posible, que por muchos motivos hay a quienes esta época no le resulta agradable.
Nada como recuperar para el solaz del respetable ciertos dos célebres, incognoscibles e inefables, villancicos que el que escribe perpetró hace unos años en otro lugar de impenetrable memoria.
Que abandone toda esperanza de mantener su cordura quien cruce este umbral.
Ya vienen los Otros, tonadilla primigenia
Ya vienen los Otros
con sus byakhees.
Ya le traen a Hypnos
sueños de Al-Hazred.
Profunditos verdes,
hongos de Yugoth,
y Shub-Niggurath,
madre de un millón.
Horror trae Abhoth,
locura Daoloth,
e inmenso pavor
el gran Azatoth.
Profunditos verdes,
hongos de Yugoth,
y Shub-Niggurath,
madre de un millón.
Ya está aquí Cthulhu
por el sacrificio.
Le parece poco,
y hace un estropicio.
Profunditos verdes,
hongos de Yugoth,
y Shub-Niggurath,
madre de un millón.
Los perros en las esquinas (del tiempo), villancico no euclidiano
Ithaqua está llegando
mientras espera Ythotgtha
los cánticos escuchando
y sectarios agitando.
Pero mira como emergen
los perros de tindalos,
pero mira como emergen
del tiempo en las esquinas.
Emergen, emergen y vuelven a emerger
los perros de tindalos
a hacerte enloquecer.
Ithaqua está llegando,
un corazón está comiendo,
los sectarios cantando
y el terror extendiendo.
Pero mira como emergen…
La ilustración que encabeza este artículo, creo, es de Scott Brundage.
Este artículo fue publicado originalmente el 21/12/2012. Que ya ha llovido.