Ilustración de la típica estampa navideña de vista frontal de un niño pequeño con anchos mofletes, camisa de rayas blancas y coral; chaleco a rombos rojos y naranjas; con los ojos muy abiertos y sentado en el regazo de un Santa Klaus que en realidad es Cthulhu albino, con las barbas siendo simuladas por decenas de tentáculos que salen de su cabeza con forma de pulpo. El gorro de Cthulhu Klaus es una caracola roja, mientras el resto del traje rojo sí es el habitual. La silla en la que se encuentran tiene reposabrazos que son tentáculos rojizos y el respaldo parece hecho de piedra ocre clara y parecen unas alas de murciélago con una cabeza de pulpo en medio.

Feliz Navidad, con villancicos ignotos y fungoideos

Me llena de orgullo y satisfacción compartir con ustedes estos inenarrables villancicos para felicitarles, estimadas cuatro personas que leen este blog, unas muy felices fiestas, vacaciones, Navidades o lo que a bien les corresponda en las fechas venideras. En el peor de los casos que os sea lo más llevadero posible, que por muchos motivos hay a quienes esta época no le resulta agradable.

Nada como recuperar para el solaz del respetable ciertos dos célebres, incognoscibles e inefables, villancicos que el que escribe perpetró hace unos años en otro lugar de impenetrable memoria.

Que abandone toda esperanza de mantener su cordura quien cruce este umbral.

Ya vienen los Otros, tonadilla primigenia

Ya vienen los Otros
con sus byakhees.
Ya le traen a Hypnos
sueños de Al-Hazred.

Profunditos verdes,
hongos de Yugoth,
y Shub-Niggurath,
madre de un millón.

Horror trae Abhoth,
locura Daoloth,
e inmenso pavor
el gran Azatoth.

Profunditos verdes,
hongos de Yugoth,
y Shub-Niggurath,
madre de un millón.

Ya está aquí Cthulhu
por el sacrificio.
Le parece poco,
y hace un estropicio.

Profunditos verdes,
hongos de Yugoth,
y Shub-Niggurath,
madre de un millón.

Los perros en las esquinas (del tiempo), villancico no euclidiano

Ithaqua está llegando
mientras espera Ythotgtha
los cánticos escuchando
y sectarios agitando.

Pero mira como emergen
los perros de tindalos,
pero mira como emergen
del tiempo en las esquinas.
Emergen, emergen y vuelven a emerger
los perros de tindalos
a hacerte enloquecer.

Ithaqua está llegando,
un corazón está comiendo,
los sectarios cantando
y el terror extendiendo.

Pero mira como emergen…

La ilustración que encabeza este artículo, creo, es de Scott Brundage.


Este artículo fue publicado originalmente el 21/12/2012. Que ya ha llovido.

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