El logotipo del videojuego Blood. El texto del título "Blood" grabado en una lápida de mármol gris. Desde detrás, apoyando las garras en el borde de la lápida, sale una gárgola de color amarillo verdoso pus, con los ojos de un color amarillo brillante y los dientes y garras chorreando sangre. El fondo es una captura de pantalla del juego mostrando una habitación oscura con múltiples cadáveres mutilados colgando del techo.

Blood, el FPS clásico con sabor de La Llamada de Cthulhu

Hace tiempo que me apetecía hablar sobre Blood, el first person shooter del año 97 que transcurre alrededor de los años 20 (más o menos). ¿Por qué? Porque me gusta y es la clase de aventura que algunos han intentado con La Llamada de Cthulhu: una violenta epopeya de venganza contra los primigenios a base de plomo con una Thompson. No por mucho más, ni mucho menos.

La historia de Blood

Es la historia de la venganza de Caleb, antiguo miembro del círculo interior de un culto al antiguo demonio Tchernobog. En algún momento Tchernobog, que existe y con el que tienen trato habitual, los traiciona y mata por motivos espurios. Muchos años después Caleb, que resulta que antes era un peligroso pistolero, vuelve de entre los muertos para ajustarle las cuentas a su antiguo dios. Y a cualquier cosa o persona que encuentre por en medio.

Pero resulta que el demonio ya lo tenía contemplado: todo era una treta para que Caleb acumulara poder durante la matanza y, al final, derrotarlo y robarle ese poder. Lo que pasa es que la idea es que lo acabas haciendo picadillo y el plan se le atraganta junto con una plomada de escopeta.

Eran los 90 y éste un juego de tiros, no se podía pedir más y diría que éste tenía incluso más historia de lo habitual.

Captura del videojuego Blood. Con la interfaz clásica de FPS, en primera persona, mostrando cómo el personaje tirotea con dos escopetas de dos cañones a un grupo de zombies, armados con hachas, que está siendo despedazados a cartuchazos. La cantidad de sangre es generosa.

El juego en sí

Blood es un first person shooter de los 90, con todo lo que eso significa. O sea: una historia bastante justita, como hemos visto antes, llaves para abrir puertas, mapas enrevesados y toneladas de enemigos que convertir en carne picada. Como había cientos surgidos tras el exitazo de Doom.

Pero éste tiene sus cositas particulares: una ambientación inspirada en los años 20, unos escenarios que incluyen mucha más diversidad de lo habitual en la época, una variedad de monstruos muy original, armas chulísimas y toneladas de sangre. Pero mucha sangre, junto con Shadow Warrior, posiblemente los juegos más gore de aquellos años. Si hasta podías ir dándole patadas a las cabezas de los zombies por el escenario.

Entre los enemigos hay lo esperable en una ambientación así, como zombies y sectarios de diferentes tipos. Lo normal. Pero también tiene otros más peculiares y que le añaden un sabor muy especial, como las ratas o las manos cortadas. Ambos son enemigos que sólo aguantan un ataque mínimo, pero las ratas van en grupo, corretean culebreando y hacen pocos daño, pero es que es una pesadilla acertarles. Las manos cortadas igual, pero se te agarran al cuello y te estrangulan mientras tienes que darle a una tecla para quitártelas de encima, a la vez que intentas evitar que te crujan otros bichos. Decir que son odiosas es poco. Hay enemigos finales de cada capítulo, pero no son precisamente lo mejor.

Y los mapas. Ay, los mapas. En este juego son muy variados, mostrando una cantidad de escenarios diferentes que molan mucho y algunos muy originales, pero todos con una ambientación increíble. Desde catacumbas a trenes en marcha, templos ancestrales, ciudades inmersas en intensos combates, presas, aserraderos, poblachos en el bosque, barcos atrapados en el hielo, etc. Como era común en la década el juego tiene plano en tiempo real, pero es todo tan enrevesado que la utilidad es justita.

Salvo que peines (muchas) canas o tengas una filia especial no vas a jugar esto por los gráficos. Pero yo te voy a hablar de eso igual. Blood usa el motor Build, un motor 2.5D, que para entonces ya estaba superado porque el año anterior había salido Quake por completo en 3D, tenía sus detalles muy interesantes. Por ejemplo: se podían destruir partes del escenario y tenía soporte para voxels y darle un aspecto tridimensional a algunos objetos. En aquel tiempo era algo poco visto.

El juego va acompañado de una música que, aún siendo el MIDI que definió los tiempos, tiene unas composiciones muy chupas. Colaboran mucho a la ambientación, junto a los efectos de sonido entre chungos, contundentes, tétricos y gore. Mención aparte las locuciones del protagonista, que un poco al estilo de Duke Nukem, se pasa el juego soltando frases ingeniosas que, a la sazón, son referencias a otras obras. Por ejemplo «What are you gonna do? Bleed on me?», que pertenece a la escena del caballero negro de Los caballeros de la mesa cuadrada.

Captura del videojuego Blood. Con una interfaz clásica de FPS, en primera persona, se muestra una habitación oscura en tonos grises mientras el personaje empuña una escopeta. Lo que llama la atención es que existe una mano cortada en primer plano como si estuviera agarrando el cuello del personaje (que es justo lo que está ocurriendo, porque es uno de los enemigos más molestos del juego).

Sí, muy bien, pero ¿la Llamada de Cthulhu?

Lovecraft es un referente claro dentro del juego, teniendo montones de referencias en nombres, escenarios e incluso hay un enemigo que viene a ser un profundo. Entre otras muchas inspiraciones, claro, como Hellraiser, La divertida noche de los zombies, La noche del terror ciego (a tope ahí mi Españita) o Evil Dead. Pero que esté tan centrado en una estética visual de los años 20 acentúa el aire lovecraftiano.

El propio rollo del boss final o uno intermedio como Shial, la madre de arañas, tienen un aire de criaturas de los Mitos de Cthulhu muy potente. ¿Es premeditado? No lo sé, pero si eres fan seguramente te suene cuando una criatura monstruosa esté de continuo expulsando otras criaturas similares a ella. Me resulta tan obvio en todos los casos que tuve que buscar para comprobar que no estuviera involucrado Sandy Petersen, creador del juego de rol de La Llamada para Chaousium y diseñador de mapas y lore de ID Software para Doom, Doom II y Quake.

Blood, como dije ya, es la historia de la venganza de un sectario contra su propio dios. Si esto hubiera sido una película el protagonista habría sido Bruce Willis con el carácter de Josey Wales y la habría dirigido John Carpenter.

Captura del videojuego Blood. Con la interfaz clásica de FPS, en primera persona, mostrando un escenario nevado de un callejón sin salida de un laberinto donde hay un tipo de rodillas empuñando un hacha y completamente congelado. Un guiño a El Resplandor.

En este punto el artículo se ha acabado. Lo único que queda, si te ha llamado la atención, es hacerte con uno que funciona en máquinas modernas en GoG. Y si lo has jugado, ¿a ti qué te parece? ¿Dejas tu opinión en un comentario?

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