Me llena de orgullo y satisfacción, felicitarles a ustedes (mis bien avenidos lectores), unas muy felices fiestas, vacaciones, Navidades o lo que a bien les corresponda en las fechas venideras.
Y para celebrarlo, nada como recuperar para el solaz del respetable, ciertos dos célebres, indescriptibles y primigenios villancicos que el que escribe perpetró hace un par de años en otro lugar de oscura memoria.
Ya vienen los Otros
con sus byakhees.
Ya le traen a Hypnos
sueños de Al-Hazred.
Profunditos verdes,
hongos de Yugoth,
y Shub-Niggurath,
madre de un millón.
Horror trae Abhoth,
locura Daoloth,
e inmenso pavor
el gran Azatoth.
Profunditos verdes,
hongos de Yugoth,
y Shub-Niggurath,
madre de un millón.
Ya está aquí Cthulhu
por el sacrificio.
Le parece poco,
va a ir masacrando.
Profunditos verdes,
hongos de Yugoth,
y Shub-Niggurath,
madre de un millón.
Ithaqua está llegando
mientras espera Ythotgtha
los cánticos escuchando
y sectarios agitando.
Pero mira como emergen
los perros de tindalos,
pero mira como emergen
del tiempo en las esquinas.
Emergen, emergen y vuelven a emerger
los perros de tindalos
a hacerte enloquecer.
Ithaqua está llegando,
un corazón está comiendo,
los sectarios cantando
y el terror extendiendo.
Pero mira como emergen…
La ilustración, creo, es de Scott Brundage.