Apenas unos puntitos en el centro de la imagen, tres pequeños botes llevan a los miembros de la Comunidad del Anillo por el río Anduin a los pies de las inmensas estatuas de los Argonath. El río parece bastante apacible en general y a pesar de los acantilados de decenas de metros que forman las riberas del río, los colores ocres, grises y azules que predominan le dan un aspecto general relajado. El Señor de los Anillos es un ejemplo paradigático entre los mundos eternamente medievales.

Mundos eternamente medievales, II

Continuamos hablando sobre el trasfondo y el contexto en que se originan para la ficción los mundos eternamente medievales. Recomiendo encarecidamente leer, o releer, la primera parte de esta diatriba.

La única situación en que una civilización se mantuviera en un estado cultural concreto y no avanzara sería cuando tuviera todos sus problemas resueltos. Sin más. Es decir: cuando la alimentación está garantizada, no existen conflictos armados (la guerra es uno de los mayores incentivos para el desarrollo técnico), las enfermedades están controladas o erradicadas y las comunicaciones son inmediatas; por citar algunas ideas.

Sin embargo, cuando empezamos a observar los mundos de fantasía más habituales, vemos que, demasiadas veces, no existe una diferencia entre ahora y antes. Nos hablan de hechos que ocurren cientos o miles de años en el pasado y que siguen los mismos paradigmas del supuesto momento actual. Los objetos manufacturados hace milenios tienen la misma calidad, o superior, que los actuales y las armaduras, por ejemplo, coexiste toda una escala de tecnologías que de natural se habrían ido sustituyendo.

Imagen de la plaza de la ciudad de Whiterun, de la región de Skyrim. Es una captura del juego del mismo nombre y presenta una plaza circular, empedrada, con un pozo central, rodeado de puestos comerciales y edificios de construcción de piedra y madera.

¿Cómo puede ser eso? La única respuesta que puede existir es porque la civilización ya no tenga ninguna necesidad más. Y por tanto algo debe haberlo cubierto.

En casi todos los mundos de fantasía la magia o algo parecido a la magia. ¿Por qué digo “algo parecido a la magia”? Porque cabe pensar en si un mundo cuyo paradigma es diferente al nuestro las cosas que ocurran de forma diferente al nuestro es por magia o porque la naturaleza allí es así. Un hombre que salta en la Luna puede recorrer decenas de metros. ¿Magia? No, que las cosas allí son diferentes.

Vamos a centrarnos en esto: mundos cuyo paradigma natural es diferente al nuestro. Podemos encontrar islas flotantes, insectos de tamaño descomunal, metales más ligeros que la seda y más resistente que el mejor de los aceros, etc. Pero todo eso podría tener una explicación «científica» coherente al paradigma del mundo y tal vez obligar a que no ocurrieran muchos avances tecnológicos.

¿Qué pasaría en un mundo donde sean habituales brutales tormentas eléctricas? Es muy posible que todo aquello que implique el uso de metales hubiera quedado estancado por la peligrosidad que conlleva atraer un rayo. ¿Y si fuera posible domesticar a una especie de animal volador de gran tamaño y muy común? A lo mejor nunca habría hecho falta desarrollar la aviación, o al menos tal como la conocemos nosotros. ¿Y si en un planeta no existe el azufre? Pues con esto ya es imposible que se desarrollen las armas de fuego y la mayor parte de los explosivos. Al cuerno con la guerra moderna.

La magia, y todas sus variantes, es un cajón de sastre que sostiene muchas de las ideas de los mundos anclados en una eternidad. O al menos esa idea parece subyacer (hay que ver qué palabra más bonita, subyacer) en la mayoría de los universos que conozco. Y seguro que muchos más que no conozco. ¿Pero es la respuesta a la pregunta de si pueden existir mundos eternamente medievales? Sí y no, pero cualquiera de las dos respuestas es algo tramposa.

La magia cura heridas, limpia el agua, devasta ejércitos, mueve cosas de un lado a otro. Usos que todo el mundo conoce. Pero al igual que con los diferentes paradigmas de cada universo hay un problema intrínseco en ello: lo extendida que esté. Antes hemos deducido que la única situación en que una civilización boyante se pueda mantener estática a nivel técnico y cultural es que no necesite nada. Eso significa que la magia debe cubrir todas las necesidades de todas las personas que lo necesiten (o al menos una masa crítica) de forma absoluta. ¿La magia cura heridas? Perfecto, pero a menos que todo el mundo tenga acceso a conjuros de solucionar apendicitis alguien va a desarrollar la medicina y la cirugía. ¿Hay conjuros para limpiar el agua? Más vale que disponga de él toda la población o alguien terminará descubriendo formas de potabilizarla con productos químicos. ¿Me seguís?

Para frenar, porque pararlo por completo es imposible, la evolución técnica, el paradigma del universo en cuestión debe cubrir todas sus necesidades con aquello que queramos usar de excusa. Entonces, ¿de verdad es tan común esa “sustitución”? Lo cierto es que en la mayoría de los universos conocidos no lo es y encima pretende no serlo, así que eso no frenaría el avance. La magia, por ejemplo, suele presentarse casi siempre como algo excepcional y hasta peligroso, para nada tan cotidiano como abrir el grifo. Hagamos como que la magia es tan común (y habrá zapateros remendones que se pasen el día lanzando Curar heridas leves y transportistas que dominarán como nadie los conjuros de sustentación y porte) y pensemos si se pararía ahí.

Si echamos la vista atrás en nuestra propia historia podemos ver que conseguir hacer algo es, en realidad, el paso previo a buscar hacerlo mejor. En nuestros universos eternamente medievales podemos esperar que, mientras la señora de la limpieza utiliza sus hechizos de fregona, en algún lugar existe alguien buscando las fórmulas y planteamientos necesarios para poder lanzar un hechizo masivo y dejar como una patena todo el alcantarillado de la ciudad a golpe de maná. Si nos damos cuenta no es que hayamos evitado el desarrollo técnico, lo hemos sustituido por un camino alternativo «mágico». Pero estéticamente puede seguir pareciendo anclado en nuestro pasado, porque su evolución no es similar al nuesto.

La economía es un tema que tampoco debemos olvidar. ¿Qué es más barato: construir un arco, flechas y dispararlas o lanzar un proyectil mágico? Nosotros podemos hacernos una idea de lo que cuestan el arco y las flechas, pero habría que hacer un estudio de lo que cuesta la magia equivalente. ¿Cuánto cuesta formarse en la magia? ¿Sale de dentro de uno mismo? ¿Se absorbe de algún lado? ¿Se consume algún material o energía? ¿Es renovable? La verdad es que en la mayoría de universos de juego eternamente medievales estos detalles son ignorados por completo, pero son imprescindibles para dotar al entorno de coherencia. Si acaso en los juegos de magia vanciana, como Dungeons and Dragons o Pathfinder, la magia es un buen escaso y casi todos los personajes con poderes utilizan también armas mundanas para evitar desperdiciarla.

Es un hecho que el universo (el de verdad, no uno de juego) suele resolver cualquier cuestión utilizando los caminos que menos recursos le consumen y las civilizaciones hacen lo mismo (lo podéis ver incluso en vuestro entorno): por lo general ante igualdad de cualidades quien se lleva el gato al agua es la opción más barata. Y si no que se lo digan al vídeo Beta o la célebre guerra de las consolas..

Un mago repartiendo hechizos. Porque él lo vale.

Así que para que los mundos se mantenga eternamente medievales, estáticos en el tiempo a nivel técnico, debe existir un sustituto directo de las tecnologías que hacen mejorar la situación de la civilización. Debe tener un acceso muy común para una masa crítica de la población y además debe resultar al menos igual de económica que su equivalente técnico.

Ya está, ya tenemos la excusa para que un universo parado en un ambiente pasado. Pues tampoco. ¿Por qué? Porque, y ésta es una frase que me encanta, cuando el diablo no tiene quehacer con el rabo espanta moscas. ¿Y eso qué significa? Pues que la mente de una criatura consciente es inquieta e incluso cuando tiene la solución a un problema busca otros métodos por pura afición. Significa que incluso aunque todo esté resuelto por la magia hay avances técnicos por el mero placer del “inventor” de superar sus propios logros, o porque le gusta hacer puzzles.

En conclusión: es imposible parar por completo el desarrollo técnico y cultural de un universo, pero si existe un sustituto sencillo, garantizado, ampliamente extendido y económico es factible que las invenciones se reduzcan de forma drástica. Que no es poco.

¿Entonces no es posible parar la evolución por completo? Sí, existe un método, egoísta y rastrero, de conseguir nuestros universos eternamente medievales: por la fuerza. Pero eso lo comentaremos más adelante, en una tercera parte.


Esta entrada es una de tantas afectada por la Gran Debacle de octubre de 2024. Fue publicada en origen el 13 de febrero de 2015 y en esta encarnación contiene abundantes correcciones.

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3 respuestas

  1. Detener el avance técnico… ¿como sucedió en el Oscurantismo? ¿Represión de la ciencia y el avance técnico por imposición religiosa denominándolo herejía?

    seeU!

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